jueves, 6 de febrero de 2014
COMO ENSEÑARLE A VESTIRSE SOLO
Alrededor de los 2 años tu hijo ya está preparado para aprender a arreglarse por si mismo. Es importante que le permitas intentarlo en cuanto percibas los primeros indicios de querer hacerlo, aunque suponga poner a prueba tu paciencia.
En realidad los primeros intentos no van más allá de quitarse los calcetines o tratar de ponerse el abrigo. Con 2 años y medio, tu hijo probablemente será capaz de desvestirse completamente con sus propias manos, lo que puede ser muy útil a la hora del baño.
Vestirse es una hablilidad claramente más difícil que desvestirse, así que por el momento sólo podrá ponerse los calcetines y quizás una camiseta y una chaqueta.
Con 3 años aún tendrá que perfeccionar el arte del cierre de botones, cremalleras, cordones..., pero probablemente ya se pondrá los pantalones o el vestido sin apenas dificulta.
Esto no significa que un niño de 3 años sepa ya vestirse y desvestirse solo. Podrás comprobar que un día quiere hacerlo todo y al día siguiente no hay forma de hacerlo reaccionar.
COMIENZA CUANTO ANTES.
Lo ideal es empezar a enseñarle pronto, en cuanto muestre su voluntad de hacerlo "solo".
ELÓGIALE. Darle la enhorabuena cada vez que consiga ponerse bien una prenda le motivará.
DEJALE ELEGIR. Ofrécele dos o tres prendas para que elija.
SIN PRISAS. los niños necesitan su tiempo, más que los adultos. Permítele su ritmo, sobretodo al principio. Puede empezar por ponerse los calcetines todas las mañanas. Cuando lo supere que se ponga los pantalones, y así sucesivamente. Vestirse se convierte así en una cadena de pequeños pasos.
COMPRALE ROPA FÁCIL DE PONER Y QUITAR. Evita las cremalleras y los botones. Mejor cinturilla elástica, velcros...
NO ESPERES AUTONOMÍA INMEDIATA . Perfeccionar una habilidad lleva su tiempo. Si esperas demasiado,sólo conseguira´s frustrarte y agotar tu paciencia.
AÑADE UN ELEMENTO DIVERTIDO. Puedes ponerle una canción, dile que cuando termine la canción deberá estar vestido del todo.
ESTABLECE UNA RUTINA. por ejemplo: levantarse, asearse, vestirse, desayunar, lavarse los diente y a la escuela.
Fuente: TodoPapás
viernes, 24 de enero de 2014
LOS BEBÉS QUE SE DESPIERTAN POR LA NOCHE
Los Bebés tienen un ciclo de sueño diferente al de los adultos. A diferencia de ellos, pasan más tiempo en la fase del sueño ligero y por lo tanto se despiertan mucho más fácilmente.
Esto no es más que un mecanismo de supervivencia. Los bebés están en continua alerta, no duermen seguido y se despiertan a menudo si están incómodos, tienen hambre o, simplemente, para comprobar que tienen cerca a mamá.
Conforme van creciendo, los ciclos de sueño se irán alargando y asemejando a los del adulto. Durante los 6 primeros meses ya percibirás grandes cambios, y a partir de esa edad muchos bebés tendrán un desarrollo significativo que hará que su sueño nocturno sea más continuado y tranquilo. Con los meses dormirán menos horas en total, pero aprenderán a distinguir noche y día y a pasar al sueño profundo. Alrededor de los 3 años, el sueño ligero ya es solo el 30% de su sueño.
No obstante, no todos los niños se desarrollan y se comportan igual. Unos dormirán toda la noche desde los 6 meses y otros lo harán cumplidos los 2 años o más.
Igualmente debemos tener en cuenta que, aunque el esperado momento de poder decir "ya duerme de un tirón" haya llegado, aparecerán, a lo largo de su crecimiento, una serie de factores que pueden alterar su sueño. Por ejemplo:
- Estirones de crecimiento.
- Ansiedad por la separación.
-Dentición.
- Enfermedad, fiebre, o dolor.
- Vacaciones y cambios en sus rutinas diarias.
- Desarrollo de sus habilidades motoras. Cuando empiezan a andar están especialmente activos, despiertos y con ganas de explorar. El problema es sentarse o tumbarse para dormir.
CONSEJOS PARA AYUDAR AL NIÑO A VOLVER A RETOMAR EL SUEÑO:
Si tiene más de 6 meses y se despierta a menudo por la noche, prueba lo siguiente:
- Instaura unas rutinas que le anuncien que es hora de dormir, y trata de serguirlas a diario.
- Colócale en la cuna antes de que se duerma del todo. La idea es que sea consciente de que se duerme en la cuna y se despierta en el mismo sitio.
- Deja que pase un tiempo entre la última comida y la cama. No le acuestes inmediatamente después de cenar.
- Si se despierta por la noche, no acudas inmediatamente. Espera por si se vuelve a dormir solo.
- Si no lo hace, ve a su lado y trata de calmarle suavemente con caricias, susurros y sin encender la luz.
- Si tiene más de 6 u 8 meses, está sano y gana peso, no tiene que hacer necesariamente las tomas nocturnas. Tal vez lo que tenga es sed. Ofrécele un biberón o vaso de agua.
- Asegúrate de que duerme lo necesario de día. Las siesta a esta edad son muy importantes. Los niños mayores, deben dormir entre media hora y una hora solo de siesta, la necesitan para descansar de la actividad del día, pero si nos pasamos en tiempo, luego, por la noche, no querrán acostarse pues han descansado demás y no tienen sueño.
Si ya duerme toda la noche y se despierta repentinamente, comprueba lo siguiente:
- Si tiene el pañal sucio o mojado.
- La temperatura de la habitación. Tócale la barriga o el cuello para comprobar si tiene frio o calor.
- Si tiene fiebre.
- Si se comporta de forma inusual.
Todo Papás.
sábado, 26 de octubre de 2013
¿A QUÉ EDAD APRENDEN LOS NIÑOS LOS COLORES?
Alrededor de su primer año de vida, tu hijo vive una etapa llena de descubrimientos. Observa y estudia todo lo que le rodea, su forma y su lugar en el espacio. Aunque ya puede discernir e identificar los objetos según su color predominante, aún necesitara tiempo para memorizar y nombrar los distintos tonos.
Por lo tanto no debes alarmarte si tu hijo se empeña un día en decir que su pelota es roja y al día siguiente que es amarilla. Para los niños de esta edad asociar el nombre de un color concreto a un objeto es aún complicado de entender. Son conceptos abstractos que tardará en asimilar. Si bien tú , en casa, puedes ayudarle a establecer las bases de este aprendizaje.
Para enseñarle los colores conviene comenzar a hacerlo de uno en uno, de forma progresiva y lógica, empezando por los primarios: azul, rojo y amarillo. El siguiente paso será asimilar los conceptos de claro y oscuro, y más adelante los colores secundarios.
Sin duda el color rojo es el más llamativo y atractivo para el pequeño y por lo tanto el más fácilmente reconocible. Elige este color para llamar su atención. Hazle saber que su coche es rojo y es muy bonito, como los tomates y las rosas. Así le haremos ver el coche que es rojo y el coche que no lo es. Una vez aprendido este concepto, ya puedes añadir un color más.
En tus conversaciones con él, acostúmbrate a añadir junto al nombre de cada cosa el color que le acompaña (toma el lazo rosa, doblo el pantalón marrón,...) , también puedes pedirle cosas según su color: ¿me das el rotulador verde?, en lugar de hacerlo así: ¿de qué color es este rotulador?.
También el momento de la comida es perfecto para enseñarle los colores de una forma amena. Nombrad los alimentos y sus colores. Otros juegos pueden ser: guardar en una caja distintos objetos de colores y pedirle que los saque según su nombre y color, o el cásico y sencillo juego del "Veo-Veo".
Fuente" TodoPapás"
Por lo tanto no debes alarmarte si tu hijo se empeña un día en decir que su pelota es roja y al día siguiente que es amarilla. Para los niños de esta edad asociar el nombre de un color concreto a un objeto es aún complicado de entender. Son conceptos abstractos que tardará en asimilar. Si bien tú , en casa, puedes ayudarle a establecer las bases de este aprendizaje.
Para enseñarle los colores conviene comenzar a hacerlo de uno en uno, de forma progresiva y lógica, empezando por los primarios: azul, rojo y amarillo. El siguiente paso será asimilar los conceptos de claro y oscuro, y más adelante los colores secundarios.
Sin duda el color rojo es el más llamativo y atractivo para el pequeño y por lo tanto el más fácilmente reconocible. Elige este color para llamar su atención. Hazle saber que su coche es rojo y es muy bonito, como los tomates y las rosas. Así le haremos ver el coche que es rojo y el coche que no lo es. Una vez aprendido este concepto, ya puedes añadir un color más.
En tus conversaciones con él, acostúmbrate a añadir junto al nombre de cada cosa el color que le acompaña (toma el lazo rosa, doblo el pantalón marrón,...) , también puedes pedirle cosas según su color: ¿me das el rotulador verde?, en lugar de hacerlo así: ¿de qué color es este rotulador?.
También el momento de la comida es perfecto para enseñarle los colores de una forma amena. Nombrad los alimentos y sus colores. Otros juegos pueden ser: guardar en una caja distintos objetos de colores y pedirle que los saque según su nombre y color, o el cásico y sencillo juego del "Veo-Veo".
Fuente" TodoPapás"
domingo, 13 de octubre de 2013
COMO ENSEÑARLE A GATEAR
La etapa del gateo llega cuando los niños son capaces de desplazarse a cuatro patas, para algunos niños a partir de 6 meses, aunque muchos lo harán meses después y algunos nunca. Cada niño progresa a su ritmo.
El bebé, para gatear, tendrá que ser capaz de girar tumbado sobre si mismo, de levantar la parte superior de su tronco y cabeza ejerciendo fuerza con las manos en el suelo, de mantenerse sentado sin ayuda, etc.
A partir de ahí, su propia curiosidad le empujará a trasladarse para alcanzar todo aquello que llama su atención. Primero seguramente, lo hará arrastrándose, luego subirá las rodillas hacia la barriga cuando está boca abajo, y sentado se inclinará para coger cosas.
El gateo le va a aportar muchos beneficios:
- Favorecer la coordinación mano-ojo.
- Ayuda a la integración sensorial y la madurez del sistema nervioso.
- Tonifica el cuerpo y fortalece los músculos.
- Estimula la psicomotricidad y el equilibrio.
- Potencia el sentido del tacto.
- Desarrolla la visión.
- Aprende a adaptarse a su entorno, a orientarse, a tomar conciencia del espacio, las distancias, los tamaños, etc.
Para estimular el gateo
- Dejadle solo sentado rodeado de juguetes. Sitúa algunos cerca de él y otros más alejados para que tenga que desplazarse a cogerlos.
- Ofrécele cosas para que las coja, pero de forma que tenga que moverse para alcanzarlas.
- Coge una toalla y enróllala formando un rulo, colócala en el suelo y pon al bebé sobre ella. La toalla debe quedar a la altura de su barriguita. Elévala suavemente para que el bebé quede a cuatro patas. Si se anima a andar, acompaña su marcha sujetándole el cuerpo con la toalla.
- Juega a la carretilla con el bebé. Si ya tiene fuerza suficiente en los brazos para sostener y levantar su cuerpo, cógele de los muslos y deja que camine con las manos.
- Coloca obstáculos en su espacio de juego para que tenga que sortearlos (cojines, rulos de espuma, peluche...)
- Juega con él a andar a gatas. Querrá imitarte.
Cuidado con los peligros de la casa.
Cuando empieza a gatear, tiene libertad de decidir qué coge, hacia dónde dirigirse y cualquier rincón de la casa o cualquier objeto aparentemente inaccesible es una tentación para él.
No debes prohibirle explorar, debes revisar el área donde va a estar gateando, para ello, lo mejor es ponernos en su lugar, tirarnos al suelo y observar desde esa altura la habitación, seguro que descubrimos enchufes que no están tapados, cajones que podemos cerrar con precinto, aristas y picos de muebles que son potencialmente peligrosos, etc.
sábado, 14 de septiembre de 2013
¿CUANDO EMPEZAR A APRENDER INGLÉS?
Numerosos estudios han demostrado que el mejor momento para la adquisición de los idiomas es entre los 0 y los 4 años. A estas edades, los niños tienen una gran capacidad, asimilan la lengua de una manera intuitiva y sin esfuerzo, por ello el aprendizaje es más eficaz. Cuanta más rica es la gama de frecuencias de sonidos que se le proporciona al niño en ese periodo de tiempo, más se estimulan las conexiones cerebrales que favorecen el aprendizaje de idiomas. Si desde el nacimiento se les habla en distintos idiomas, los peques conseguirán un dominio completo de los mismos. Es fundamental, por lo tanto, aprovechar las primeras edades para explotar la capacidad que nos brinda el cerebro de aprender varias lenguas.
Niños con más habilidades.
Como resultado, estos niños son más creativos, se muestran más atentos, más ágiles, tiene más facilidad a la hora de perfeccionar su habilidad lectora y desarrollan más la memoria y las habilidades para la resolución de problemas.
No importa que los padres hablen dos lenguas diferentes siempre y cuando el niño sea capaz de asociar a la persona con el idioma.
Cuando el bilingüismo no viene de casa, es decir, viene a través del centro de enseñanza, los peques no van a tener mayores problemas para comprenderlo. No importa qué lengua sea y, a pesar de que es diferente a la materna, bastarán con unos días para que la asimilen con total naturalidad. Eso sí, siempre tendrá un idioma que dominará a la perfección y con el que se sentirá más cómodo aunque los otros contribuirán mucho en su desarrollo posterior, llegando a entender, desde pequeño, más de un idioma.
No es recomendable obligar a un niño a que hable o demuestre lo que sabe en otro idioma. Lo importante, sobre todo al principio, es dejar que el niño se familiarice con la leengua ya que sin no, podría aparecer e rechazo. lo bueno es darle la opción, que tenga la oprtunidad de iniciarse y no forzarle.
Mediante la utilización de distintos juguetes, canciones o cuentos podemos facilitar el aprendizaje de los idiomas de una forma amena y entretenida, siendo éste uno de los mejores recursos para los peques, que además disfrutarán de ello con vosotros, los padres,
Fuente: www.todopapas.com
Niños con más habilidades.
Como resultado, estos niños son más creativos, se muestran más atentos, más ágiles, tiene más facilidad a la hora de perfeccionar su habilidad lectora y desarrollan más la memoria y las habilidades para la resolución de problemas.
No importa que los padres hablen dos lenguas diferentes siempre y cuando el niño sea capaz de asociar a la persona con el idioma.
Cuando el bilingüismo no viene de casa, es decir, viene a través del centro de enseñanza, los peques no van a tener mayores problemas para comprenderlo. No importa qué lengua sea y, a pesar de que es diferente a la materna, bastarán con unos días para que la asimilen con total naturalidad. Eso sí, siempre tendrá un idioma que dominará a la perfección y con el que se sentirá más cómodo aunque los otros contribuirán mucho en su desarrollo posterior, llegando a entender, desde pequeño, más de un idioma.
No es recomendable obligar a un niño a que hable o demuestre lo que sabe en otro idioma. Lo importante, sobre todo al principio, es dejar que el niño se familiarice con la leengua ya que sin no, podría aparecer e rechazo. lo bueno es darle la opción, que tenga la oprtunidad de iniciarse y no forzarle.
Mediante la utilización de distintos juguetes, canciones o cuentos podemos facilitar el aprendizaje de los idiomas de una forma amena y entretenida, siendo éste uno de los mejores recursos para los peques, que además disfrutarán de ello con vosotros, los padres,
Fuente: www.todopapas.com
martes, 4 de diciembre de 2012
ENTRE LOS REGALOS DE NAVIDAD. UN LIBRO
Llegan unas fechas en las que todos nos calentamos la cabeza con los regalos navideños y de Reyes, y es que queremos acertar, y sobre todo, queremos que los niños se diviertan, pero siempre tenemos la duda de si lo que hemos comprado será adecuado a la edad de nuestros hijos.
Ante todo, debemos dejarnos aconsejar por los expertos si tenemos muchas dudas, pues los niños "se piden" todo lo que ven en la tele, en los catálogos de publicidad de las grandes superficies,... y, lógicamente desconocen hasta que punto ese juguete puede ser realmente divertido o educativo.
En algunas tiendas como Imaginarium, las dependientas te asesoran bastante bien. También lo juguetes llevan en una zona de su embalaje la edad adecuada, esto nos puede servir de pista.
Desde la Escuela, no nos cansamos de aconsejar a los padres que, además de los juguetes, no se olviden de regalar a los niños algún libro o cuento adecuado a la edad del niño.
Si tenemos que aconsejaros alguno, y sobre todo pensando en nuestros alumnos: hasta los 3 años, hay algunos cuentos que les chiflan a los niños, sobre todo si los cuentos son interactivos, es decir, si pueden abrir y cerrar ventanitas, puertas, llevan muñecos con los que jugar en el cuento, hacen sonidos, se despliegan...etc.
De este tipo tenemos...
EL POLLO PEPE. Editorial SM. Este les encanta pues al pasar cada página se despliega una parte del cuento.
PAPA NOEL. Ed. Usborne. Es muy divertido pues incluye un pequeño Papá Noel con el que recorrer las escenas del cuento.
LOS TRES CERDITOS. Ed.Macmillan. Es el cuento clásico pero con un teatrillo, con decorados y personajes para escenificar el cuento, lo cual ayudará a los niños a desarrollar su lenguaje y su imaginación.
¿DONDE ESTÁ?. Eva M.Ares. "La Granja". Es con solapas y muchas sorpresas, y perfecto para desarrollar la memoria y la imaginación.
Estos son solo algunos ejemplos de los muchos que podéis encontrar en el mercado.
Ya sabéis papis... en la carta de los Reyes Magos, que no falte un libro siempre, nos aseguraremos así de que a nuestros niños les guste la lectura, y en el futuro sean buenos estudiantes sin faltas de ortografía.
Ante todo, debemos dejarnos aconsejar por los expertos si tenemos muchas dudas, pues los niños "se piden" todo lo que ven en la tele, en los catálogos de publicidad de las grandes superficies,... y, lógicamente desconocen hasta que punto ese juguete puede ser realmente divertido o educativo.
En algunas tiendas como Imaginarium, las dependientas te asesoran bastante bien. También lo juguetes llevan en una zona de su embalaje la edad adecuada, esto nos puede servir de pista.
Desde la Escuela, no nos cansamos de aconsejar a los padres que, además de los juguetes, no se olviden de regalar a los niños algún libro o cuento adecuado a la edad del niño.
Si tenemos que aconsejaros alguno, y sobre todo pensando en nuestros alumnos: hasta los 3 años, hay algunos cuentos que les chiflan a los niños, sobre todo si los cuentos son interactivos, es decir, si pueden abrir y cerrar ventanitas, puertas, llevan muñecos con los que jugar en el cuento, hacen sonidos, se despliegan...etc.
De este tipo tenemos...
EL POLLO PEPE. Editorial SM. Este les encanta pues al pasar cada página se despliega una parte del cuento.
PAPA NOEL. Ed. Usborne. Es muy divertido pues incluye un pequeño Papá Noel con el que recorrer las escenas del cuento.
LOS TRES CERDITOS. Ed.Macmillan. Es el cuento clásico pero con un teatrillo, con decorados y personajes para escenificar el cuento, lo cual ayudará a los niños a desarrollar su lenguaje y su imaginación.
¿DONDE ESTÁ?. Eva M.Ares. "La Granja". Es con solapas y muchas sorpresas, y perfecto para desarrollar la memoria y la imaginación.
Estos son solo algunos ejemplos de los muchos que podéis encontrar en el mercado.
Ya sabéis papis... en la carta de los Reyes Magos, que no falte un libro siempre, nos aseguraremos así de que a nuestros niños les guste la lectura, y en el futuro sean buenos estudiantes sin faltas de ortografía.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
LA VUELTA A LAS RUTINAS
Poco a poco.
- Aunque las rutinas no son nuevas, no podemos volver al orden establecido de un día para otro.
- Para sentirse sanos, equilibrados y felices, los niños tienen que estar en consonancia con sus ritmos biológicos.
- A finales del verano las horas de dormir, de comer o el tiempo que pasamos juntos ha variado con respecto al del invierno.
- Necesitamos crear un periodo de adaptación. Hay que ir poco a poco encauzando los ritmos de nuestro hijo hacia un horario que podamos compartir con él, y que podamos aplicar todos los días durante los meses fríos.
¿Cuándo y cómo hacerlo?
Necesitaremos al menos un par de semanas. La vuelta a las rutinas tiene sus propias claves:- Anticiparle los cambios: con dos años es pequeño, pero le interesa todo lo que atañe a su vida. Le podemos decir que nos vamos a acostar antes, a levantar más temprano, o que vamos a empezar a ir al cole. Es importante hacerle partícipe del cambio.
- Introducir los cambios de uno en uno o de dos en dos, ya que las rutinas no son totalmente nuevas. Como son un "recuerdo", no tardará tanto en integrarlas, pero aún así es importante respetar el tiempo de adaptación a cada cambio. Puede tardar desde un día hasta una semana.
- Hacer los cambios de forma progresiva: si en verano se levantaba a las 10 h. no podemos despertarlo a las 7 h. de un día para otro. Deberíamos tomarnos nuestro tiempo: levantarle unos días a las 9 h., otros a las 8 h... para finalmente llegar al objetivo.
¿Por dónde empezar?
La hora de levantarse, la de acostarse, las comidas... ¿Qué orden tenemos que seguir para recuperar las rutinas y horarios habituales?1. La hora de irse a la cama. Es lo primero que deberíamos cambiar. Para volver a acostarse antes, organizaremos una cansada tarde de actividades, la puerta de entrada a un sueño feliz. Si le acostamos más temprano, también podremos levantarle antes.
2. La hora de levantarse. Es la consecuencia de la hora a la que acostemos al pequeño. Es importante que sus horas de sueño sean de calidad y que el sueño dure más o menos lo mismo. Nunca menos.
3. La hora de la comida. Horarios y tiempo de comida, lugar, forma de hacerlo, menú... todo ha podido cambiar durante el verano. La hora de la comida es mejor integrarla directamente, sin transiciones.
4. La hora de entrar a la guardería. Si el pequeño va a la guardería, es mejor llevarle una semana antes e ir dejándole más horas conforme avanza la semana. Si esta adaptación la podemos realizar en dos semanas será una transición aún más tranquila para el niño.
Recuperar los rituales de la comida y el sueño
Nos encontramos con dos hábitos que es importante apuntalar bien: la comida y el sueño. Lo más probable es que durante el verano hayan cambiado, y no solo de horario... También de ritual. Hay que establecer los nuevos rituales, que se parecerán mucho a los que quedaron abandonados al principio del verano. Asentar los hábitos de comida y de sueño será nuestro principal apoyo para volver a la dinámica de los días de trabajo:- Para recuperar la rutina de la comida es importante establecer un ritual bien claro. Por ejemplo: el anuncio de la comida (¡a comer!), lavarse las manos, sentarse en su silla y ponerse su babero, sentarse todos a la vez, no permitir levantarse de la mesa y comer tranquilamente pero sin pausa. Relajados, pasándolo bien... pero respetando nuestras propias reglas.
- Quizá los hábitos también han cambiado a la hora de dormir, aunque es menos probable. Dormir también requiere su ritual: ¿baño, pijama, cena, cuento, cama? ¿Con su osito esperándonos en la almohada y el cuento elegido entre ambos? ¿Con música relajante mientras leemos el cuento? Nosotros diseñamos lo que mejor le va a nuestro hijo, pero es importante que todos los días repitamos los mismos pasos, a la misma hora.
Asesora: Mari Carmen Moreno Hernández, profesora de Educación Infantil.
Publicado en Revista Ser Padres.
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