martes, 20 de septiembre de 2011

JUEGOS PARA EL BEBÉ

Juegos de equilibrio para el bebé

El bebé tiene que aprender a mantener el equilibrio, lo que ocurrirá progresivamente a lo largo del primer año. Puedes ayudarle con unos cuantos juegos:

¡Estoy aquí!

Te pones a su nivel para que te vea bien la cara, y llama su atención hablándole, cantándole o haciendo muecas divertidas. Esto le obligará a erguir su cabecita y mirarte, lo que le ayudará a desarrollar la movilidad y la fuerza de la cabeza.

¡Oh, mira!

Coloca unos juguetes pequeños sobre la manta de juegos y siéntate en ella con el bebé. Para ayudarle a permanecer sentado, colócale sobre tus rodillas y sujétale suavemente por las axilas. Después, muéstrale los objetos uno a uno y déjale que los manipule con sus manitas. Con este juego el pequeño empezará a controlar su postura. Las primeras veces no debes hacer este ejercicio durante más de unos minutos ya que el niño podría cansarse.

¡Arre, borriquito!

Todo un clásico. Para este juego, es necesario que el pequeño pueda mantenerse sentado. Colócate en una silla y sienta al bebé mirando hacia ti con sus piernecitas abiertas colgando cada una a un lado de tu pierna. Sujétale con mucho cuidado por debajo de sus brazos y mueve la pierna hacia arriba y abajo haciendo botar suavemente al pequeño al son de una canción. Ve subiendo lentamente el ritmo de los botes y de la canción. Con este juego incrementas su control motor y su sentido del equilibrio.

FUENTE: Revista Ser Padres

sábado, 17 de septiembre de 2011

COMER EN LA ESCUELA, ¿SI O NO?

¿Es mejor que coman en casa o en la escuela?
La comida es un momento fundamental en los hogares con niños pequeños; todos los padres (como no puede ser de otro modo) desean que sus hijos se alimenten bien, que adquieran buenos hábitos, que coman de todo y que lo hagan sin mancharse mucho y en un tiempo prudencial.

En muchas casas esto es solo una utopía y la realidad se acerca más a carreras con el plato en la mano detrás del peque por todos los rincones de la casa, cambiar el menú veinte veces sobre la marcha para que, por lo menos, pruebe algo, o hacer mil payasadas y números circenses para que el pequeño se preste a abrir su linda boquita.

En la escuela infantil todo esto es muy diferente: como son y se sienten parte de un grupo, se integran en él y en sus normas. Y dentro de las normas del comedor no entra ninguno de los comportamientos anteriormente señalados. De hecho, la mayoría de los malos comedores, los que se ponen en huelga de brazos caídos nada más ver la cuchara y los que hacen bola hasta con una miga de pan, se convierten en unos estupendos comensales.
¿Qué aprenden cuando comen en la guardería?
  • Se les enseña a manejarse con el nivel de autonomía propio de su edad: a comer solos, utilizar correctamente los cubiertos, limpiarse con la servilleta, etc.
  • Vigilan que su nutrición sea equilibrada, variada y que se corresponda con las necesidades de cada edad.
  • Intentan que vayan adquiriendo hábitos saludables: postura correcta al sentarse a la mesa, buena masticación, higiene de las manos antes y después de comer, etc.
El comedor escolar entre el primer y el segundo año
  • En torno al año (una vez que tienen el suficiente control psicomotor para permanecer sentados) el educador ya sienta a los niños en la mesa. Para poder atender a todos a la vez, las mesas suelen ser en forma de «u» o de herradura; así el educador se sienta en la parte de dentro y tiene acceso a todos.
  • A esta edad ya comienzan a tomar platos diferentes y a masticar, con lo que se alternan alimentos pasados y enteros. Para animarles a que mastiquen, antes del puré se les suele poner un plato con trocitos de cosas blandas: patatas, croquetas, etc.



Fuente: Revista Digital Ser Padres,