No solo el bebé está en un periodo de adaptación, tú también te estás haciendo a dos novedades: tu hijo y los cambios de tu cuerpo. El posparto puede resultar muy cansado y es probable que no estés en disposición de participar al cien por cien en los acontecimientos familiares de las Navidades.
Mejor en casa ajena
- Si organizas las celebraciones en tu hogar, tendrás que encargarte de los preparativos (con el esfuerzo añadido que supone).
- Además, si no te encuentras con ánimos de seguir la juerga a una determinada hora, te será muy difícil sugerir a tus invitados que se vayan.
- Lo más sensato es que vosotros acudáis a casa de alguien, ya que así os podréis retirar con más facilidad cuando lo creáis oportuno.
- Tu hijo debe hacer lo mismo que si estuviera en casa. Ahora que estás conociéndole y ayudándole a establecer sus ritmos, es esencial mantener sus rutinas de alimentación y sueño y procurar que se cumplan unos horarios más o menos regulares.
- En estos días de fiesta el bebé debe seguir la rutina que tú hayas establecido con él: el baño, la cena y a dormir. No hay problema en que le acuestes en el cuco del cochecito en lugar de en su cuna.
- Es importante que no esté en la misma habitación que el resto de la familia, sobre todo si hay fumadores, y que cuando le toque la toma vayas tú al cuarto donde se encuentra el pequeño y le des el pecho tranquilamente.
- Quizá algún familiar te pueda tachar de exagerada o extremista, pero si permites que el bebé se excite mucho, quien pasará una mala noche al llegar a casa serás tú.
Autor: Gonzalo Pin Arboledas, pediatra y experto en sueño infantil.
Fuente: Revista digital Ser Padres
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