Precisamente esta proximidad es una excelente ocasión para mirar al niño a los ojos, hablarle dulcemente y mostrarnos tranquilos, para que se sienta acogido y seguro con nosotros. Un juego, una canción o unas palabras tiernas, acompañadas de una caricia o de un pequeño masaje en la barriguita, en los brazos... nos pueden ayudar a conseguir ese objetivo.
A veces, durante los primeros días de estancia en la Escuela, el niño rehúsa que le cambiemos, entonces, lo dejamos tranquilo y comunicamos a la familia que no se le ha cambiado para no incomodarlo (siempre claro, que el cambio no sea imprescindible).
Siempre que vamos a hacer alguna acción con el niño o niña, en este caso cambiarle los pañales, se lo comunicamos previamente.Después lo llevamos a la zona de cambio. Así, conseguimos que esté más cómodo. Si el niño camina, lo llevamos cogido de la mano, Aprovechamos el momento y le cantamos una canción que haga referencia al cuerpo, también modificamos un poquito la canción y le incorporamos el nombre del niño...
Ejemplo de canción:
"A Pedro como era calvo"
A Pedro como era calvo,
le picaban los mosquitos
y su padre le decía:
-Ponte el gorro, Periquito,
que te pican los mosquitos
"A Pedro como era calvo"
A Pedro como era calvo,
le picaban los mosquitos
y su padre le decía:
-Ponte el gorro, Periquito,
que te pican los mosquitos
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