Se ha demostrado que existe una estrecha relación entre la música y la facilidad para aprender matemáticas y otros idiomas, favorece la actividad cerebral completa, fomenta las habilidades de escritura y lectura, entre otras muchas cosas.
La música activa el funcionamiento multisensorial de nuestro cerebro y en el inicio de su desarrollo esto es clave.
En los niños, las neuronas están aún por conectar, los circuitos no están contaminados y son vulnerables y sensibles al aprendizaje. A través de la música es posible desarrollar su inteligencia, despertar su sensibilidad y acrecentar sus vínculos afectivos.
Son muchos los pedagogos musicales que han puesto de relieve el valor de la música impartida desde los primeros momentos de la vida como apoyo sensorial para el posterior aprendizaje.
